Algunos dicen que soñar no cuesta nada, que la esperanza es lo último que se pierde. Pues vamos a ver que tan cierto puede ser esto.
Desde hace muchisimo tiempo, sueño con proyectos propios, con levantar enormes murallas con tan solo unos pocos hombres, de salir del anonimato y tener aunque sea un pequeño reconocimiento, por lo que pienso, por lo que digo, por lo que hago y lo que me gusta hacer. Quizás es mucho pedir, pero es algo que me gustaría.
Hoy decidí dar el primer gran paso: un pequeño y solitario post en un blog, el numero 36 para ser exactos. Una petición a uno de los que considero más grandes en la vida, y la ilusión de tener un "si". El proyecto que lleva años en mi cabeza comenzó a tomar forma en este mundo tangible, opté por exiliarla del mundo de mis "algún lo haré" y el primer paso fue tan insignificante como importante.
Hoy es cuando soñar no cuesta, hoy es cuando la ilusión es lo último que se pierde, pero ha comenzado un camino largo e interesante, mi primer gran proyecto.
Desde hace muchisimo tiempo, sueño con proyectos propios, con levantar enormes murallas con tan solo unos pocos hombres, de salir del anonimato y tener aunque sea un pequeño reconocimiento, por lo que pienso, por lo que digo, por lo que hago y lo que me gusta hacer. Quizás es mucho pedir, pero es algo que me gustaría.
Hoy decidí dar el primer gran paso: un pequeño y solitario post en un blog, el numero 36 para ser exactos. Una petición a uno de los que considero más grandes en la vida, y la ilusión de tener un "si". El proyecto que lleva años en mi cabeza comenzó a tomar forma en este mundo tangible, opté por exiliarla del mundo de mis "algún lo haré" y el primer paso fue tan insignificante como importante.
Hoy es cuando soñar no cuesta, hoy es cuando la ilusión es lo último que se pierde, pero ha comenzado un camino largo e interesante, mi primer gran proyecto.